Descubrí cómo Dios puede restaurar lo que parece seco, olvidado o desechado. A veces sentimos que hay áreas de nuestra vida devastadas, sin fruto, sin esperanza. Pero la Biblia nos muestra que el Señor es experto en transformar ruinas en jardines. Así como un terreno necesita limpieza, preparación y cuidado para florecer, Dios quiere intervenir en tu vida, limpiarte, fortalecerte y usar incluso tus pruebas como abono para una cosecha abundante. ¡No importa cuán asolada esté tu tierra, Dios puede hacerla florecer como el Edén!
Update | La tierra que nadie quiso
Publicado el 22/03/2025
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